Dani Anglès (Onyric): “En el mundo del teatro no tenemos miedo a las nuevas tecnologías”

Entrevistamos a Dani Anglès, director de Onyric, rincón ubicado en el teatro Condal de Barcelona que acoge a los amantes del teatro, el canto y el baile.

Onyric, ‘La casa del musical’, es el rincón situado en el teatro Condal de Barcelona que acoge a todos los amantes del teatro y une la interpretación, el canto y la coreografía. Con este proyecto, el Condal se transforma para ofrecer al espectador dos salas con propuestas muy distintas. Onyric se encuentra entre la realidad y los sueños; un vistazo a la segunda parte de la programación de la temporada (Rent, Broadway a capellaImpro Side StoryAladdin: #ThePopMusical, Mariona Castillo: Bis a bis, Venidos a menos, etc.) es la prueba de la intención que tiene esta apuesta teatral de romper las barreras del género y atraer, sobre todo, a aquellas personas que no suelen frecuentar los patios de butacas. Los espectadores que quieran ir más allá y conocer al detalle las nuevas obras, pueden convertirse en Dreamers y disfrutar así de ventajas exclusivas. 

Después de presentar este segundo semestre del curso 2018/2019, el director de Onyric, Dani Anglès, nos explica porqué Barcelona es una ciudad de musicales y qué papel adoptará la tecnología en los espectáculos que están por venir. 

– ¿Barcelona es, o puede ser, una ciudad de musicales? 

– Barcelona no es ni será nunca Londres o Nueva York, pero tiene una relación magnífica con los musicales. De hecho, gran parte del público que tenemos vivió su primera experiencia teatral con un musical. Hay generaciones que vienen de Mar i cel o d’El somni de Mozart. Hablamos de gente que vio esos espectáculos de joven y quedó tan cautivada que ha seguido yendo al teatro toda su vida. Por tanto, creo que la relación con el género es muy fuerte. La mayoría del talento sale de aquí y, de hecho, si echas un vistazo a los repartos de Madrid, encuentras profesionales catalanes en todas partes. En Barcelona hay muchas escuelas, mucha formación y mucho nivel. 

– ¿Destacarías alguna particularidad del teatro musical en Barcelona? 

– Ahora mismo no tenemos las grandes producciones que hay en Madrid, orientadas al turismo estatal. En cambio, tenemos una industria más creativa, ágil y dinámica. Desde mi punto de vista, es una industria muy contemporánea y potente. 

– ¿Se llevan bien los espectáculos de pequeño y gran formato? 

– Creo que los dos extremos conviven muy bien y con naturalidad. Las salas pequeñas constituyen el circuito más offs alternativo o de proximidad, como lo llaman hoy en día. Se dirigen a un público que busca cosas más específicas. En cambio, lo que se hace en las salas de teatro grandes es más mainstream y está destinado a un público que posiblemente asiste menos veces al teatro durante el año. En nuestro caso, programamos tanto un espacio de cincuenta localidades como es el Club Onyric, como una sala de setecientas personas. Hacemos propuestas muy diferentes que se complementan. 

– No hay duda de que Onyric es para soñadores. Ahora bien, en la gestión de este proyecto artístico seguro que hay grandes dosis de realismo. ¿Qué has aprendido de la gestión de un proyecto teatral? 

– Considero que aún estoy aprendiendo. Evidentemente, hay muchas cuestiones técnicas, pero lo más importante para mí en cualquier trabajo es el equipo, el hecho de tener a las mejores personas posibles en cada lugar. Cuando tienes un cargo de responsabilidad visible como en mi caso, lo más importante es que todo el mundo pueda hacer bien su trabajo. Por tanto, hay que trabajar cuidadosamente y detenidamente la dinámica de equipo. 

Teatro Onyric
Teatro Onyric

– ¿Cómo se puede innovar en el ámbito teatral? 

– La parte artística, por suerte, es imposible de tecnificar. Si supiéramos la fórmula para acertar continuamente, todos los teatros estarían llenos siempre. Lo mismo pasa con las majors; si tuvieran una receta, ninguna película sería un fracaso, las discográficas no lanzarían ningún disco que no fuera un éxito, etc. Por tanto, hay un componente artístico en cuanto a decidir qué propones, cómo lo propones y cuándo lo propones. A veces es una suma de las tres cosas. Todo es muy intuitivo, muy de corazón. Y es cierto que intentamos detectar patrones, inquietudes, tendencias y estados de ánimo para encajar con el momento en el que vivimos, pero al final todo es muy ambiguo y la incertidumbre domina la innovación teatral.  

– ¿Qué balance haces del primer semestre de la temporada? 

– Ha sido apasionante. Mi hiperactividad se ve reflejada en la cantidad de cosas que hemos programado y en la variedad de propuestas. Hemos tocado muchas teclas y hemos recibido espectadores de todo tipo. No es el mismo, el público que ha venido a ver Impro Side Story, el Mag Lari o Fun Home, que el público que viene a los conciertos de Bernstein, y eso es brutal. Me gusta que el teatro sea un lugar de encuentro. 

– ¿Es esta una de las razones de ser de Onyric? 

– Uno de mis objetivos es ampliar el número de gente de Barcelona que va al teatro. Podemos aspirar a tener más público del que tenemos. Por alguna razón, hay mucha gente que no se siente interpelada y considera que lo que pasa en los teatros no va con ella. Me gustaría despertar el interés de toda esta gente. 

– Vuestra propuesta en Onyric pasa por generar una comunidad de amantes de los musicales. ¿Cómo puede una sala de teatro fidelizar a su público? 

– Lo más importante que estamos haciendo ahora para fidelizar al público es el proyecto de los ‘dreamers’, que incluye un grupo de personas que pagan una cuota anual simbólica de 42 euros y se convierten en nuestros principales prescriptores. Tienen acceso a información relativa a nuevas propuestas antes que el resto de espectadores, pueden asistir a ensayos y presentaciones y tienen descuentos exclusivos. Son, por tanto, 100% cómplices de nuestro proyecto. 

– En cuanto a la promoción, ¿cuáles son los canales que os dan mejores resultados? 

– Hay cuatro grandes vías: el boca a boca, es decir, la prescripción que hacen los mismos espectadores a partir de lo que han visto; la publicidad online y offline, y la prensa, que permite explicar de una manera más extensa todo lo que hacemos, así cómo aparecer en entrevistas y reportajes. El retorno de la publicidad online resulta un poco más fácil de medir que las demás opciones, pero todos los canales funcionan en sinergia y es muy difícil detectar cuáles son los que aportan más resultados. Es cierto que en algunas ocasiones hemos intuido la procedencia de las visitas; por ejemplo, programamos el Impro Side Story un jueves por la noche y poco después de publicarlo en la web vimos que las entradas estaban agotadas y no habíamos hecho nada para promocionarlo. Entonces es obvio pensar que el boca a boca es lo que mejor funciona. 

– ¿Cómo crees que 4Tickets se puede implicar en vuestro proyecto? 

– Yo creo que la importancia recae en la construcción de una relación que sea única, específica y personalizada con nuestro proyecto teatral. Lo que más nos puede ayudar es que entendáis qué es y qué hace Onyric. Aunque formemos parte de un mismo grupo de teatros, cada sala es muy diferente. No se puede aplicar el mismo patrón en todos los casos, tenemos que identificar las diferencias y plasmarlas en cuanto nos comunicamos con el espectador, transmitir la imagen del teatro y construir una experiencia para el usuario en la compra de entradas. 

– ¿Crees que el teatro y las nuevas tecnologías van de la mano? 

– Sí, y tienen un largo camino por recorrer. Lo que me entusiasma es que en el mundo del teatro no hay miedo hacia este recorrido. Es diferente que en el caso del sector audiovisual, ya que las nuevas tecnologías permiten vivir la misma experiencia en casa que en el cine, y esto puede provocar un descenso de la audiencia. En el caso del teatro, nadie podrá disfrutarlo si no asiste a una función, ya que se tiene que vivir en persona. Nunca se podrá reemplazar el hecho de estar delante de alguien que actúa en directo. Son muchas las opciones y oportunidades que se dinamizaran con el tiempo gracias a las nuevas tecnologías. 

 

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